Psicología y Psicopedagogía T.G.D. o T.E.A. (Autismo, S. Asperger)

Los trastornos generalizados del desarrollo (TGD) tienen en común una asociación de síntomas conocida con el nombre de tríada de Wing, del nombre de la investigadora inglesa que probó mediante un estudio clínico y estadístico que esta asociación de tres categorías de síntomas aparecía más a menudo que la simple casualidad, porque se trataba de un síndrome (conjunto de síntomas que actúan en conjunto). Son:
  1. trastornos de la comunicación verbal y no verbal
  2. trastornos de las relaciones sociales
  3. centros de interés restringidos y/o conductas repetitivas.
La clasificación DSM-IV permite utilizar el diagnóstico de «trastorno generalizado del desarrollo no especificado» (TGD-NE) para dar cuenta de situaciones en que los trastornos no están presentes más que en dos de las tres categorías de síntomas, o hasta en una sola de los tres. Muchas personas presentan alteraciones en las tres áreas del desarrollo: interacción social, comunicación y conducta pero no presentan las características claras para poder definirlas en los criterios clínicos para un trastorno específico, el sujeto presenta las tres principales áreas del desarrollo afectadas pero no manifiesta los comportamientos descritos en los 4 trastornos específicos, solo presenta unas pocas conductas de alguno de estos trastornos, es decir, presenta «rasgos» de conducta, lo que no alcanza para incluirlo en ninguno de ellos, por ello, es llamado «trastorno residual», es decir, en un trastorno generalizado del desarrollo no especificado, es una traducción del inglés de las siglas PDD NOS (pervasive developmental disorder not otherwise specified:‘trastornos pervasivos del desarrollo no especificado’). Para llegar a la conclusión de que un niño tiene un PPD NOS se realiza un diagnóstico diferencial, es decir, se descartan el autismo y el síndrome de Asperger.

T.D.H.A.: Trastorno Déficit de Atención e Hiperactividad

Se trata de un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia que implica un patrón dedéficit de atención, hiperactividad y/o impulsividad, y que en muchas ocasiones está asociado con otros trastornos comórbidos. Es fundamental para el diagnóstico de TDAH evaluar que estos síntomas nucleares que hemos comentado (déficit de atención, hiperactividad e impulsividad) se presenten:
1. desde una edad temprana: antes de los 12 años.
2. con una intensidad y frecuencia superior a la normal para la edad y la etapa de desarrollo del niño.
3. que deterioren o interfieran de forma significativa en el rendimiento del niño en dos o más de los ámbitos de su vida: escolar o laboral, familiar y social.
4. no ser causados por otro problema médico, un tóxico, una droga u otro problema psiquiátrico.
 
Pese a que pueda existir sospecha clínica en niños de menos de 6 años el diagnóstico de TDAH requiere haber superado esta edad. Además, es frecuente que el TDAH se reconozca en los niños cuando comienza la educación primaria, coincidiendo con dificultades en el rendimiento escolar y la presentación de disfunciones sociales.

Altas capacidades

Altas Capacidades Intelectuales es un concepto que engloba, sobredotación, talento y precocidad intelectual. Simplificando mucho y para entenderlo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que los superdotados son aquellos niños que tienen un coeficiente de inteligencia igual o superior a 130. El superdotado posee una excepcionalidad muy superior en todas las áreas y aptitudes de la inteligencia, es la expresión máxima de la inteligencia humana.
 
Las personas con talento puntúan alto en una aptitud específica (talento simple) o en varias combinadas (talento complejo), pero están dentro de la media o incluso por debajo, en el resto de aptitudes. Por ejemplo, si tomamos como referencia el modelo de Inteligencias Múltiples de Gardner, un talento simple podría dar muy elevado en inteligencia corporal –cinestésica— como es el caso de los jugadores de fútbol, pero da normal o incluso bajo en el resto.
 
La precocidad intelectual definiría aquellos niños que adquirieron de forma temprana algunos hitos intelectuales o psicomotrices, por ejemplo comenzaron a hablar antes de los dos años o a escribir antes que el resto de sus compañeros de edad. Todos los niños superdotados son precoces intelectualmente, pero no todos los precoces devienen en superdotados. Es decir, cabe esperar que algunos de esos niños precoces acaben por estabilizarse con el paso del tiempo, si bien no es lo más frecuente.
 
En ambos casos, tanto en el talento con la sobredotación, la creatividad tiene un papel protagonista, ya que el perfil de estas personas es altamente creativo.

T.E.L.: Tastorno Específico del Lenguaje

El trastorno específico del lenguaje, TEL (Specific Language Impairment, SLI) es un trastorno que retrasa la adquisición del lenguaje en niños que no tienen pérdida de audición ni ninguna otra causa de retraso en su desarrollo. El trastorno específico del lenguaje también se conoce como trastorno del desarrollo del lenguaje, retraso en el lenguaje o disfasia de desarrollo. Es una de las discapacidades del aprendizaje más comunes durante la niñez, que afecta aproximadamente del 7 al 8 por ciento de los niños en el jardín de infancia. El impacto del TEL persiste en la edad adulta. La causa del TEL se desconoce, pero los descubrimientos recientes sugieren que tiene un fuerte vínculo genético. Es más probable que los niños con el trastorno específico del lenguaje tengan padres y hermanos que también han tenido dificultades y retrasos en el habla, comparados con niños sin este trastorno. De hecho, del 50 al 70 por ciento de los niños con el TEL tienen al menos un miembro de la familia con el mismo trastorno.

Trastornos del aprendzaje, lectoescritura, dislexia.

Los trastornos del aprendizaje son problemas que afectan la capacidad del niño de recibir, procesar, analizar o almacenar información. Éstos pueden causarle dificultades para leer, escribir, deletrear o resolver problemas matemáticos.
La discalculia o dificultad en el aprendizaje de las matemáticas, se refiere a una dificultad permanente para aprender o comprender los conceptos numéricos, principios de conteo o aritmética. Estos problemas, por lo general, se denominan dificultad en el aprendizaje de las matemáticas.  Entre el tres y el ocho por ciento de los niños en edad escolar, muestra dificultades permanentes, un año escolar tras otro, en el aprendizaje de tales conceptos matemáticos. Alrededor de la mitad de los niños con discalculia también presenta un retraso o deficiencias en el aprendizaje de la lectura, y muchos tienen trastornos por déficit de atención, TDA (Attention Deficit Disorder).
 
La dislexia es una condición cerebral que dificulta la lectura, la ortografía, la escritura y, algunas veces, el habla. Al cerebro de las personas que tienen dislexia le cuesta reconocer o procesar ciertos tipos de información. Esto puede incluir hacer coincidir el sonido de una letra con su símbolo (tal como la letra b haciendo el sonido be), y luego combinarlos para formar una palabra.
Algunas personas con dislexia no tienen problemas pronunciando o “decodificando” las palabras, pero podrían batallar para entender lo que leen. Podría llegar a ser muy difícil para las personas con dislexia leer de manera automática o, aparentemente, sin esfuerzo.
 
Al igual que otros tipos de dificultades de aprendizaje y de atención, la dislexia es una condición de por vida. Es decir, los niños no superan la dislexia cuando crecen.
 
Las características de la dislexia por lo general incluyen:
  • Dificultad para asociar los sonidos con las letras y las letras con los sonidos
  • Confusión cuando se pronuncian palabras y frases, como decir “mawn lower” (esta palabra no significa nada de esa manera) en vez de “lawn mower” (cortadora de césped)
  • Dificultad para leer en voz alta, con el tono apropiado y agrupando las palabras y frases correctamente
  • Dificultad para “pronunciar” palabras no familiares
  • Dificultad para escribir o copiar letras, números y símbolos en el orden correcto
  • Dificultad para rimar.
 
La disgrafía dificulta a los niños poner las palabras en un papel y deletrear cuando se escribe. De manera similar, los niños con dislexia pueden tener problemas con la ortografía y la escritura. Los niños con disgrafía, por otro lado, podrían tener problemas con la mecánica de la escritura. Por ejemplo, pueden tener dificultad para agarrar un lápiz o podrían cansarse fácilmente cuando están escribiendo.
Los niños con TDAH también podrían batallar con la lectura, la comprensión y la escritura, igual que los niños con dislexia. De una tercera parte a la mitad de los niños con TDAH tienen otras discapacidades de aprendizaje que ocurren al mismo tiempo, como la dislexia. Muchas veces es muy difícil saber si una o ambas dificultades están contribuyendo a las que presenta un niño. De cualquier manera, las características del TDAH (pero no de la dislexia) son los problemas con la conducta y el aprendizaje que se deben a la falta de atención o inatención, la impulsividad y la hiperactividad.
Aunque la dislexia es común, con frecuencia es confundida con otras dificultades de aprendizaje y de atención. Entender las características de la dislexia y cómo ésta se superpone con otras dificultades o se diferencia, le dará una idea más clara de la clase de dificultades de aprendizaje y de atención que podrían estar afectando a su hijo.